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Pirineos en otoño [Montagnon D´Iseye]
Jesus Mª ALQUEZAR I
Cuando la temporada alta pirenaica toca a su fin, la cadena permite, hasta la llegada del invierno, y especialmente en otoño, cuando la montaña toma otros colores, realizar ascensiones secretas, poco concurridas a macizos menores pero de alto valor. En los Pirineos atlánticos, en un sector muy visitado por los vascos, en las cercanías al puerto del Portalet, se sitúa el macizo d´Iseye, con alturas justamente superiores a los 2.000 metros donde destaca una relevante montaña el Montagnon d´Iseye, destino de todo aquél pirineista que se precie.
Es un macizo que permite, si se sabe conjugar la ruta con dos coches o con el alquiler de un taxi 4x4, completar una bella travesía, pisando la cima y descubriendo nuevos horizontes. También se presta para la organización de travesía de club, aunque, apuntamos, es una salida para deportistas en forma o entrenados, uniendo los itinerarios que nacen en la Gorge de Bitet, que a continuación sugerimos y finalizando en Goust, como ejemplo.
Les Gorges de Bitet
Se puede ir al punto de salida por el Estado español (Portalet) o por el francés. Tras superar la localidad de Eaux Chaudes, a unos 5 km y luego la central eléctrica de Miegebat, como referencia, nace una pista a la dcha señalizada, que con vehículo se permite adentrarse 1,5 km, hasta un puente. Después hay que caminar por ella otros 3 km aprox. hasta llegar al embalse de Bitet donde termina. Dejando éste a la izda, nace a la dcha una soberbia senda entre exuberante bosque que en otoño está magnífico. La senda de la izda es la ruta hacia el macizo de Sesques, otro destino a barajar. Es zona pastizal por excelencia y el mendizale se topará con la cabaña Cujalate, y ganando altura superará la frondosidad alcanzando la alta cabaña de Laiterine, en escenario herboso, un circo de montañas amables, teniendo a la izda el claro e importante Col d´Iseye y enfrente los vigorosos y difíciles picos de La Marere y Bergon (Montañas menores en el panorama pirenaico y sin embargo grandes montañas).
Al tratarse de un espacio de largas vertientes de hierba el montañero puede trazar su ruta, improvisar. El Montagnon desde aquí está escondido, a la dcha tapado por un largo cordal herboso, a donde llega salvando fuertes desniveles. Sin embargo la ruta mas recomendable es ir al Col de Cotcharas, bajo La Marère y Bergon desde donde ya se divisa, con sensación lejana, el destino, tras el largo cordal donde sitúa primero el pico Mardas, que sin ser la cima mas bella, sí es la más alta. Ahora por una fácil arista herbosa, se puede una vez en la base del primero espolón, rodearlo por la izda siguiendo sendas de ganado para llegar al collado entre Mardas y Montagñon, o bien, muy recomendable, seguir el filo, fácil, por sendero. Se superan dos puntas secundarias, se pisa Mardas, herboso, (2188 m) y desde aquí se llega al Montagnon (2173 m), con su escarpadura de 400 m que es lo que atrae más la atención, por senda. Y justo debajo aparece un precioso lago, rodeado de alturas en un incomparable circo glaciar, perfecto circular que se asemeja a un cráter volcánico, a donde se irá, siguiendo una marcada comba. El lugar está considerado, por especialistas, como uno de los más bellos de la cadena.
Si se desea ir a Goust, a la izda se reconoce el paso del escala, punto de inicio del descenso. Sin embargo, nuestra sugerencia, se dirige al S hacia el collado Montagnon el más bajo de este anfiteatro y bajo el pico Montaut, en busca nuevamente de la ruta de ascenso. Desde aquí, unas largas laderas de hierba, con innumerables sendas conducen al mendizale hasta más abajo de la cabaña Laiterine donde se recupera el camino de subida y en bajada muy rápida se regresa a las gargantas de Bitet, disfrutando en este tramo de los inigualables colores del otoño.